Tortugas de tierra

La mayoría se alimentan de frutas y vegetales.

Las tortugas terrestres necesitan bastante espacio. Se las puede acomodar bien en el interior de una casa, siempre que podamos destinarles un habitáculo adecuado, fabricado de madera, cristal, metacrilato, rejilla metálica, etc. Si disponemos de terreno exterior, se puede construir fácilmente un recinto cerrado para ellas sin necesidad de ser un experto carpintero. También es posible encontrar en las tiendas de animales unos parques especiales, pero sobre todo, recordemos que debe ser amplio para que tenga los siguientes elementos: un bebedero, una bañera poco profunda para refrescarse, una amplia zona de paseo seca y soleada y un cobijo donde se sientan seguras (podría fabricarse con una caja de cartón agujereada con algo de heno en su interior).

Además, es del todo conveniente dejarlas libres deambulando por la casa o por el jardín, de vez en cuando tienen que hacer ejercicio.

Hoy en día el inconveniente es el precio: sólo deben adquirirse comprándolas legalmente en las tiendas de animales, hay que tener en cuenta que salen caras.

Una de las más famosas es quizá la tortuga de caja, con varias subespecies, de caparazones diferentes pudiendo sobrepasar ampliamente los cien años de vida. Tiene la particularidad de poder introducirse completamente dentro de su caparazón (otras sólo pueden esconderse en parte). Otras especies interesantes son la tortuga tienda del norte, la tortuga de Hermann (omnívora), la tortuga radiada, etc.

La mayoría son casi exclusivamente herbívoras: se alimentan de frutas y vegetales, eso sí, cuanto más variados mejor. Existen buenos preparados comerciales de alimento para tortugas terrestres pero, al igual que con sus “primas las acuáticas”, debemos recomendar complementarlos con trozos de alimentos frescos y limpios. Podemos ofrecer la amplísima variedad de verduras que nosotros disponemos. Les gusta la lechuga, espinaca, zanahoria, tomate, brécol, pepino, remolacha… debemos probar los alimentos nuevos que se nos ocurran y las tortugas se encargarán de decidir cuáles les gustan más o cuáles menos. De la misma forma, si tienen acceso a algún jardín, también seleccionarán las plantas o arbustos que más les apetezcan.

Respecto a las enfermedades, existen muchas similares a las que sufren las tortugas de agua: reblandecimiento del caparazón, infecciones, parásitos, etc… siendo el “Sobrecrecimiento de la mandíbula” un problema más frecuente en las tortugas terrestres: el pico o boca puede llegar a desarrollarse más de lo debido, deformarse e imposibilitar el acceso al alimento. Esa deformación debe ser arreglada y recortada por el veterinario.

Fuente: Eroski Consumer

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