Cuando convivimos con roedores y conejos nos arriesgamos a sufrir alguna enfermedad derivada de virus, hongos, parásitos o bacterias, pudiendo llegar a compartir con nuestras mascotas las denominadas enfermedades zoonóticas, que pueden ir desde el animal al hombre, o del hombre al animal. No obstante, no se trata de enfermedades demasiado frecuentes y se pueden resolver con facilidad.
Los mordiscos de roedores y conejos se pueden infectar y los gérmenes de la boca tienden a multiplicarse. Los dientes cortantes y afilados de las mascotas producen herids que deberemos desinfectar bien con agua oxigenada.
Las medidas higiénico- sanitarias en generales se pueden resumir en las siguientes:
- Evitar muestras de cariño demasiado efusivas, como besos en la boca de la mascota.
- Después de tocar a los animales nos lavaremos las manos, sobre todo antes de comer.
- No permitiremos que duerman dentro de nuestra cama.
Todo este tipo de medidas de prevención deben realizarse de forma mucho más escrupulosa cuando las personas que conviven con los animales sean niños inmunodeprimidos (con leucemia, SIDA, etc). De hecho, dependiendo de cada caso, está contraindicada la convivencia con ciertas mascotas.
Fuente: Consumer.